Iba en el Metro leyendo a Faulkner. A las 8 de las mañana las caras de sueño, de lunes, de comienzo de tortura, no animan. El trayecto es corto, la salida al mundo exterior me golpea con un viento frío en la cara, no sirve para despertarme mas bien para desesperarme un poco mas, llego a la oficina, las mismas caras de lunes, buenos días, sin ganas, saco una botella de agua y me conecto roboticamente a la computadora.
Cuando abro el correo, veo los mails habituales, los de siempre, los que nunca fallan, te ayudan en lunes, en miercoles, jueves y siempre. Antes de llegar al Marca, me tengo que levantar, tengo un tremendo retortijón, el primer pedo ya se lo ha comido el sevillano, así que voy a cagar antes de que salga mas la cabecita de la tortuga, en el baño no era tortuga era liquido viscoso con gran estruendo de clarines y trompetas, no pasa nada, solo es el primero con la mezcla de alcohol, noche y pastillas, el chorreo seguirá, a mi sitio como si no pasara nada, ves el primer escote de vuelta, ya es primavera, en tu cabeza ya está la escena de lo que vas a hacer a poco, con esos pechos, pezones, tetas que valle mágico, tranquilo no son ni las 10 y ya te quieres follar a la becaria.
Es el momento de prender tu quinto pucho de la mañana, menos mal que el jefe habanero, se pasa la Ley Antitabaco por el culo, dale, fuma que fuma a full. Son las 11, café churros, y otra pastillita esto no hay quien lo soporte, la camarera quiere rollo, con cualquiera que le pueda dar la nacionalidad, mas buena no puede estar, ganas las tiene todas, cuerpo pecado, sonrisa divina, ojos brillantes, pícaros valientes, traviesos, wow! No nos casamos pero hacemos un polvo, detrás de las cajas de la fruta, relajate en tu busqueda.
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