El semáforo cambia a verde pero no salimos, nos pitan y ella reacciona, el primer garaje entramos a full, 200 por hora, freno de mano y ropa fuera, arrancada, tirada, voz entrecortada, gemidos, sollozos, sexo en estado puro, su respiración fuerte en mi oreja me está poniendo loco, el ritmo no cesa, el sudor se mezcla con la saliva, y los jugos empiezan a fluir, polvazo de las 13 horas en María de Molina con Velazquez, nunca olvidaré, cumplo agenda, hoy ya hemos follao, borro esa tarea hasta mañana, vuelvo a mi asiento y salimos follados para el aeropuerto, como si no hubiera pasado nada, pago, sonrío, me guiña un ojo cuando me iba, le doy una tarjeta junto con la propina, ciao preciosa buen día.
En la T4 más relajado pero estresado por el congreso de Sevilla y los preparativos que no tengo hechos, llamo a la jefa para ir concretando, está en mostrador 34 haciendo el cheking de mi equipaje, puta madre que la jefa haga de secretaria a la vez. Ya veo el mostrador 34 y me espera Pura, mi jefa, Purificación Gómez, aunque todos la llamamos Pura Puta, Vieja Zorra, Zampa Nabos y una interminable lista de lindezas de esta calibre. Está buena, minifalda mini, tacones y camiseta de tirantes, la puta se pone comoda cuando viaja, y yo no puedo ni sacarme los gemelos, ni quiero, elegante hasta para cagar coño.
“Hola loco, hola Pura”- “como llegas tan tarde? – me he follado a la taxista, tu no?” se ríe, cree que es broma. Tenemos buen rollo y queremos darnos por todos los lados pero su marido es del Consejo de Administración y me tiene enfilado, cachondo pero sin complicarme la vida, que bastante tengo.
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